¡Estoy harta de los retos literarios!

Vale, tal vez no de todos pero sí de la mayoría. Cada vez que decido empezar un nuevo libro, me acuerdo, y no con cariño precisamente, de la hora en la que decidí apuntarme a mil y un retos que ahora me parecen "absurdos".

Nota para los creadores de los retos: no os lo toméis a mal. Sólo quiero poner un poco de humor a la desesperación que me corroe cuando veo que avanzan los días pero no la tabla de porcentajes así como la rabia de tener que dar de lado a libros que me apetecen muchísimo sólo porque no cumplen el criterio de ninguno de los retos a los que estoy apuntada.

Era enero, Hoy no me libro daba sus primeros pasos y a mí eso de los retos literarios, algo de lo que nunca había oído hablar, me pareció la mar de divertido. Hasta que me di cuenta que no era tan fácil sumar 2013 si, además, quería dormir siete horas al día, hacer tres comidas, ir a trabajar y tener un poco de vida social. Sí, Relato de un náufrago del gran Gabriel García Márquez me dio un pequeño empujón pero me temo que debería leerme un buen puñado de libros con títulos tan largos como ése para poder acercarme al objetivo.

También se me ocurrió la maravillosa idea de leer el nombre de mi blog. Al contrario que Xavier Ireland, el protagonista de Once vidas, he jugado muy poco al Scrabble aunque sí bastante a Apalabrados cuando se puso de moda. Pero fijaos si caló poco en mí esta aplicación móvil que no se me ocurrió pensar que algunas de las letras de mi blog valen muchos puntos por algo: ¡cuesta horrores encontrar un libro que comience por esa letra! y los pocos que hay no me llaman para nada la atención! Estoy saturada de leer libros que comienzan por “O” (y eso que sólo llevo dos) y aún me queda uno. ¿Alguna sugerencia? Y no, Orgullo y prejuicio no me sirve. Fui una adolescente repelente que disfrutaba leyendo algún clásico que otro y a la que se le ocurrió la maravillosa idea de descubrir a Jane Austen hace ya unos cuantos años.

Y como hay quien dice que leer es viajar, también me apunté al Reto Continental, el cual he de decir que he ido completando a medida que leía sin buscar específicamente libros para este reto. En estos momentos me queda África y la Antártida. El segundo continente (aunque yo nunca lo estudié como tal en Conocimiento del Medio) no creo que lo cumpla a no ser que haya un libro que comience por “N” u “O” cuya trama ocurra en este continente helado y, aquí está el cambio que se ha producido en mí, su sinopsis me resulte atractiva. En cuanto a África, este año he viajado a dos países africanos y leído sendos libros allí, ¿cuela? Si total, el objetivo del reto es “viajar con los libros” y eso es lo que yo he hecho.

Del reto sobre la generación Kindle mejor ni hablamos. No sé en qué estaba pensando cuando me apunté. Ni siquiera tengo dicho lector electrónico y odio leer en el ordenador. Sólo un libro me ha servido para este reto: Cuéntame una noctalia de Mónica Gutiérrez y la única razón por la que conseguí leerlo en el portátil fue por su corta extensión y porque su sinopsis y portada me cautivaron.

Me he cansado de dar prioridad a los libros en función de la letra por la que comienzan o hacer discriminación positiva para leer más libros escritos por mujeres.  Quiero sentirme libre para poder leer el libro que realmente me llama la atención sin pensar en si me servirá para avanzar en algún reto. Me niego a desechar novelas que tienen una pinta exquisita porque sus títulos tengan demasiados pocos caracteres.

Por eso hoy, 26 de noviembre de 2013, y antes de que aparezcan nuevas propuestas que me tienten, desde esta tribuna anunció que en el nuevo año que está por entrar no me apuntaré a ningún reto literario que no sea estrictamente eso, literario. Es decir, sólo me suscribiré a aquellos que tengan que ver con el contenido o con los autores. Y por autores me refiero a su obra y su estilo, no su nombre o su sexo. Un reto que repetiría con gusto es, por ejemplo, el de Paul Auster propuesto por Cazando Estrellas.

El único desafío que me permitiré conservar, si no llego al 100% este año es el de los Literigatos. Me parece muy gracioso, soy super gatuna, y está claro que no voy a elegir un libro sólo en función de si aparece una de estas mascotas en su interior sino que me dejaré sorprender por las apariciones felinas inesperadas.

¿Y vosotros? ¿Tenéis pensado apuntaros a muchos retos el próximo año o habéis acabado tan saturados como yo?